Deprecated: ¡La función WP_User_Query ha sido llamada con un argumento que está obsoleto desde la versión 5.9.0! who está obsoleto. Utiliza capability en su lugar. in /home/corporacion/public_html/hilandoporlapaz/wp-includes/functions.php on line 6031
La finca
de los mangos
Me crie con mi mamá, mi papá y mis hermanos, aprendí a cocinar y a hacer los oficios de la casa. Me gustaba ir al río a bañarme, el voleibol, el fútbol y el basquetbol, además, me gustaba estar corriendo y saltando, siempre me estaba moviendo y jugando. Cuando fui creciendo le ayudaba a mi mamá con los oficios de la casa y aprendí de ella a ser servicial y generosa.
Después de que me separé volví a vivir con mis dos hijos a la finca de mi papá, él nunca nos negó nada y siempre estaba al pendiente de nosotros. Un día me quedé en la casa porque tenía que lavar mucha ropa y mi papá se fue para el pueblo. Tenía cargado al bebé en mis brazos y me fui a la cocina a hacer café, mi otro hijo estaba dormido en el cuarto y me puse a mirar qué ropa iba a lavar.
En ese momento sentí que alguien me miraba, cuando los vi a todos camuflados, me miraban como si fuera la cosa más repugnante del mundo, el corazón estaba que se me salía, yo sentía mucho miedo. El que los mandaba preguntó por mi papá, y yo, secamente le dije que no estaba, que él había salido y que me había dejado con los niños, después preguntó que mi hermano dónde se encontraba, “no sé, él solo viene los domingos y hoy es lunes” contesté, de pronto, uno de ellos me quito el bebé de los brazos, y yo solo pude pedirle que lo pusiera en la cuna, que no le hiciera nada.
Cuando entró al bebé a la habitación dos de ellos se me abalanzaron, me arrancaron la ropa y me violaron, uno tras de otro fueron abusándome hasta que terminó el último, fueron como 10. Yo me sentía muy mal, estaba mareada, cuando el tipo me dijo “dígale a su hermano que ahí le dejo el mensaje, que si no me vende, vengo por su otra hermana”. Lloré mucho tiempo, ni sentí que mi bebé lloraba al fondo de la habitación.
De pronto mi hijo de 3 años llegó a mi lado con sus ojos dormidos, me di cuenta de que estaba tranquilo, que no había visto nada, que no se había dado por enterado, que solo había dormido, le di agua de panela, lo senté en una butaca, me fui y me bañé.
Cuando mi hermano llegó preguntó por qué el bebé lloraba de esa manera, le dije que estaba como malito, pero él me vio rasguños en los brazos y las piernas, él me conocía y sabía que algo estaba mal, me sentó en una silla, me dio agua de panela y me obligó a contarle. Me abrazó fuerte, lloramos juntos, como a las 5 de la tarde me dijo, “lávese la cara, mi papá no la puede ver así”.
Mis padres llegaron, mi hermano se llevó a mi papá y le contó lo que había pasado, al otro día me mandaron a la casa de una prima con los niños. Yo lloré como tres años seguidos, hasta que un día me dije, esto no puede pasar más, tengo que salir adelante y esto no me puede absorber la vida.
Nunca lo olvidé, me culpé muchas veces, hasta que un día, una señora me trajo a Vínculos, donde pude hablarlo, decirlo y llorarlo, desde ese momento, ver que otras han pasado por eso mismo, me ha puesto en un lugar diferente, me hacen sentir cada día más fuerte, que puedo hablarlo y que eso no me ganará nunca más.
Reflexión
La culpa, la vergüenza, el silenciamiento y la soledad con la que quedan las mujeres víctimas de violencia sexual son emociones que hacen que los hechos vividos sean aún más difíciles de elaborar, nuestra labor como sociedad es acompañar a las mujeres para que nunca más esto vuelva a ocurrir y nunca más ellas sientan que fue por su culpa o sientan que deben sufrir solas y en silencio.
Los nombres de lugares, personas y actores armados responsables fueron cambiados para salvaguardar la confidencialidad y la seguridad de las participantes, buscando centrar la atención de la historia en la humanidad de las víctimas.